Nuestras plantas ya comienzan a crecer en el huerto y con ellas llegan los primeros insectos que en algunos casos podrán llegar a convertirse en plagas y enfermedades que pueden afectar a nuestros cultivos.
La forma de prevenirlas será el intentar asociar nuestro pequeño agrosistema a un ecosistema lo más equilibrado y biodiverso posible, promoviendo la elección de especies adaptadas a la zona (para lo cual ya trabajamos con variedades tradicionales), las asociaciones entre plantas y rotaciones entre cultivos en un suelo vivo y sobre el que se proteja la vida de animales beneficiosos.
Pero, aun con la prevención, se pueden sufrir problemas por ataques de insectos, ácaros, caracoles y babosas y enfermedades producidas por hongos que hacen necesario tomar medidas.
En la agricultura convencional las plagas y enfermedades se controlan por medio de tratamientos químicos, pero, a largo plazo, esto produce problemas muy importantes debido a que también eliminan los depredadores naturales y organismos beneficiosos, además de que las plagas se hacen más resistentes.
En nuestros huertos escolares ecológicos estamos optando por la eliminación manual de parásitos dañinos y de partes afectadas, la lucha biológica o aplicando preparados de extractos de plantas con principios estimulantes o repelentes que ayudan en la defensa frente a parásitos y enfermedades, además de actuar como abonos foliares y en algunos casos como insecticidas naturales.
En este sentido, nos estamos ayudando de las propiedades de la ortiga como excelente fertilizante, la manzanilla por su resistencia a enfermedades, la cola de caballo como fungicida preventivo, las infusiones de tanaceto para despedirnos de los pulgones y las hormigas, y los macerados de ajo y cebolla contra la presencia de ácaros y pulgones.
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