Los bancos de semillas autóctonas desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad agrícola y la seguridad alimentaria.

Su importancia radica en diferentes aspectos clave que os detallamos a continuación:

  1. Preservación de la diversidad genética: Las variedades autóctonas han evolucionado a lo largo de generaciones, adaptándose a las condiciones locales de suelo, clima y plagas. Esto las hace únicas y valiosas.

Los bancos de semillas conservan esta diversidad genética, protegiendo variedades que podrían perderse debido a la agricultura industrializada, que tiende a favorecer unas pocas variedades de alto rendimiento.

La diversidad genética es esencial para la resiliencia de los cultivos frente a los desafíos del cambio climático, como sequías, inundaciones y nuevas plagas.

  1. Adaptación local y resiliencia: Las semillas autóctonas están adaptadas a las condiciones específicas de cada región, lo que las hace más resistentes a las enfermedades y plagas locales, y más eficientes en el uso de los recursos naturales.

Esto reduce la dependencia de pesticidas y fertilizantes químicos, promoviendo una agricultura más sostenible. En un contexto de cambio climático, la adaptación local es crucial para garantizar la producción de alimentos.

  1. Seguridad alimentaria y soberanía: Los bancos de semillas contribuyen a la seguridad alimentaria al garantizar la disponibilidad de semillas para las generaciones futuras.

También fortalecen la soberanía alimentaria, permitiendo a las comunidades locales controlar sus propios recursos genéticos y su producción de alimentos.

  1. Valor cultural y tradicional: Las variedades autóctonas suelen estar asociadas a prácticas agrícolas tradicionales y conocimientos ancestrales.

Los bancos de semillas ayudan a preservar este patrimonio cultural, transmitiendo conocimientos y prácticas a las nuevas generaciones. Las semillas son mucho más que un recurso genético, son parte de la cultura de los pueblos.

  1. Investigación y mejora de cultivos: Los bancos de semillas proporcionan un valioso recurso para la investigación y la mejora de cultivos.

Los científicos pueden utilizar la diversidad genética conservada en los bancos para desarrollar nuevas variedades más resistentes y adaptadas a los desafíos del futuro.

En resumen, los bancos de semillas autóctonas son esenciales para proteger la biodiversidad agrícola, garantizar la seguridad alimentaria y preservar el patrimonio cultural.

 

Y aquí intervienen los conocidos… «GUARDIANES DE SEMILLAS», que son individuos, grupos o comunidades que se dedican a la conservación, multiplicación y distribución de semillas autóctonas o tradicionales. Su labor es fundamental para preservar la agrobiodiversidad y garantizar la seguridad alimentaria.

¿Qué hacen los guardianes de semillas?

  • Conservación:
  • Recogen y almacenan semillas de variedades locales, muchas de las cuales están en peligro de extinción.
  • Mantienen la pureza genética de las semillas, evitando la contaminación con otras variedades.
  • Multiplicación:
  • Cultivan las semillas para obtener nuevas generaciones, asegurando su disponibilidad.
  • Comparten semillas con otros agricultores y jardineros, fomentando su difusión.
  • Difusión y educación:
  • Organizan intercambios de semillas, ferias y talleres para compartir conocimientos y experiencias.
  • Sensibilizan sobre la importancia de la agrobiodiversidad y la conservación de semillas.
  • Promueven la soberanía alimentaria y la agricultura sostenible.

Ejemplos de iniciativas:

  • Existen redes de guardianes de semillas en todo el mundo, que trabajan para conservar y difundir variedades locales.
  • Muchos agricultores y jardineros particulares también actúan como guardianes de semillas, conservando variedades en sus propios huertos y jardines.
  • Destacar especialmente el proyecto impulsado por Ecologistas en Acción de Valladolid con la Biblioteca de Semillas Autóctonas de Valladolid.