El día Mundial del Suelo se celebra anualmente cada 5 de diciembre desde 2014, año en el que la ONU designó esta fecha a propuesta de la FAO un año atrás. Se decidió el 5 de diciembre porque coincidía con el cumpleaños del Rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, querido monarca fallecido en 2016 y uno de los grandes promotores de esta idea.

Hoy queremos hablaros de un tema sencillo, pero a la vez complejo, vamos a tratar de valorar la importancia que tiene el suelo. Si, el suelo que pisas cada día, el suelo sobre el que has construido tu casa, el suelo que te alimenta, y el suelo que nos rodea a diario.

Y es que… a pesar de nuestros avances tecnológicos, la humanidad sigue dependiendo de unos pocos centímetros de suelo para sobrevivir. Lo primero, debemos saber “qué es suelo”. La ciencia que lo estudia se denomina edafología.

En una definición sencilla, puede ser la superficie que pisamos, donde construimos nuestras casas y plantamos árboles. Pero si queremos dar una definición más precisa y completa podemos decir que el suelo es la parte mineral y orgánica (es decir restos vegetales, de animales y de otros microrganismos) que está presente en la superficie terrestre y que ha sido formada por varios factores (5):

  1. Relieve
  2. Clima
  3. Roca madre
  4. Organismos
  5. El tiempo

¿Os imagináis cuanto tiempo tarda un suelo en formarse? Puede tardar miles de años o millones de años, por eso le consideramos un recurso natural no renovable, porque a escala humana tarda tanto tiempo en renovarse que para nosotros seria no renovable, como por ejemplo el petróleo. Por tanto, estaréis empezando a pensar que una vez que destruimos el suelo, es prácticamente imposible recuperarlo.

Vamos a analizar cómo se forma el suelo: Tenemos una superficie de roca madre, por ejemplo, situada en una ladera. Esta roca empieza a ser colonizada por los distintos organismos, y estos organismos junto con las condiciones climáticas a lo largo del tiempo van a ir modificando la roca y van a dar un suelo con unas características determinadas.  Los factores actúan siempre, pero unos factores actúan con mayor o menor densidad que otros, para dar diferentes tipos de suelos dependiendo del lugar donde se encuentren. El suelo cumple una serie de funciones muy importantes, podemos establecer 4 categorías:

  • Materia prima
  • Regulación
  • Soporte de vida
  • Función cultural

Materia prima: el suelo suministra al ser humano multitud de recursos. El más clave es la alimentación, ya que proporciona el 95% de los alimentos que consumimos, de forma directa o indirecta. De forma directa son por ejemplo frutas o verduras y la indirecta, como por ejemplo es la hamburguesa que cenaste ayer, ya que la vaca se alimentó también de plantas que han crecido en el suelo.

Las fibras textiles son otro recurso, o los materiales de construcción como el yeso, también es una fuente de fármacos, o incluso en la cosmética, como por ejemplo las arcillas y otros minerales.

Regulación: el suelo ajusta el correcto funcionamiento de los distintos sistemas, es decir regula el clima, porque tiene la capacidad de absorber carbono atmosférico y retenerlo, ayudando a mitigar el cambio climático. Es más, el suelo contiene más carbono que el que hay en la biomasa vegetal mundial y en la atmósfera, para que nos hagamos una idea del carbono que retiene.

Con respecto al agua, el suelo tiene la capacidad de filtrar y limpiar decenas de miles de kilómetros cúbicos de agua al año porque pueden absorber contaminantes y limpiar el agua. Y un suelo con una buena estructura, va a evitar inundaciones, porque el agua se puede infiltrar y rellenar nuestros acuíferos, en vez de discurrir en grandes masas de agua por la superficie terrestre (algo que actualmente, provoca muchas inundaciones porque el suelo no puede acoger toda el agua).

En el suelo se genera el ciclo de los nutrientes, que es esencial para que se desarrollen las plantas y puedan crecer de manera adecuada. Esto es porque en el suelo tenemos restos de materia orgánica que se descompone y aporta nutrientes y minerales.

Soporte de vida: el suelo es el hábitat de multitud de organismos, no solo de los que vemos a simple vista como las plantas o las lombrices, sino que también habitan millones de microrganismos en su interior, por ejemplo, en los pequeños poros de aire o en las pequeñas películas de agua que se forman alrededor de los poros.

Dato a mencionar: El suelo alberga la cuarta parte de la diversidad biológica del planeta. Según La organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hay más organismos vivos en una cucharada de suelo que personas en la Tierra.

Herencia cultural: El suelo forma parte del paisaje algo fundamental para nuestras emociones, también es el soporte de los bosques, de las montañas y de las infraestructuras urbanas, además alberga diversos tesoros en forma de fósiles (herencia histórica incalculable).

¿Y QUE PODEMOS QUÉ PODEMOS HACER?

De la misma forma que hemos destruido el suelo, nosotros tenemos la llave para poder evitar que siga ocurriendo y trabajar en su recuperación.

Os damos algunos consejos:

  1. Primero: Recicla, y aplica las 3R, de forma directa o indirecta, los residuos terminan por llegar al suelo. Como es el caso de los micro plásticos, que no solo están presentes en el mar o los océanos, sino también en el suelo. Los suelos contaminados ponen en riesgo nuestra cadena alimentaria y la salud del planeta.
  2. Segundo; es importante practicar una agricultura y ganadería consciente, fomentando la diversidad de cultivos y el uso de fertilizantes y productos respetuosos.
  3. Tercero: Evita compactar el suelo, ya que afecta al desarrollo de las plantas.
  4. Cuarto: Enriquece el suelo con materia orgánica, siendo el mejor método para conservar nuestros suelos.
  5. Quinto: Planta y reforesta siempre que tengas la oportunidad (con especies autóctonas), es decir, evita que nuestros suelos estén desnudos.