El ajo (Allium sativa)

El origen de esta planta es asiático, y su uso como planta medicinal se fue extendiendo por la India y el Mediterráneo hasta llegar a Grecia. Fue ahí donde se heredó sus usos en la posteridad, no ya sólo medicinal, ya que en época romana fue introducido como condimento a la dieta cotidiana hasta nuestros días.

El consumo de ajo a través del tiempo y el momento histórico tuvo sus altibajos: Alfonso XI Rey de Castilla fundó “Orden de la Banda” donde prohibía el consumo de ajo a los nobles e hidalgos caballeros, dadas sus connotaciones plebeyas y clases bajas.

Mas tarde un herborista Holandés nacido en Malinas, Rembert Dodoens, lo aconsejaba como remedio para dolencias bucales, tos, afecciones cutáneas y remedio para venenos.
Hoy en día, países como EEUU, en su Instituto del Cáncer, recomiendan su uso en la dieta como ´método preventivo´ y lo coloca en su cúspide de “triángulo de la salud”.

El ajo es uno de los cultivos principales en cualquiera de nuestros huerto escolares de Valladolid. Una de sus principales ventajas es que no necesita prácticamente cuidados y que puede asociarse a casi cualquier cultivo, salvo con las leguminosas (habas, guisantes, judías..). Se suele sembrar en noviembre y se cosecha a finales de junio.  Te dejamos algunos refranes que hablan sobre el ajo:

Días que pasan de enero, ajos que pierde el ajero

Por San Pedro, saca el ajo y siembra el puerro

Ajo, sal y pimiento, y lo demás es cuento.

Y vosotros/as, ¿Ya habéis sembrado los ajos?

Es importante que sepáis que el ajo asociado a determinados cultivos ayuda a reforzar su salud. Sembrando los ajos entre las zanahorias, contribuiremos a repeler a la mosca de la zanahoria; entre los tomates, contribuirá a prevenir el ataque de nematodos a la raíces de la planta; cerca de las fresas, prevendrá también de la podedumbre gris, una enfermedad provocada por hongos.