Este dicho popular hace alusión a dos festividades importantes en el mes de junio: San Antonio (13 de junio) y San Juan (24 de junio).
El 13 de junio celebramos San Antonio; este dicho sugiere que, aunque junio es un mes generalmente cálido, es posible que alrededor del día de San Antonio haya un descenso de las temperaturas y el tiempo se vuelva más fresco y nublado. Esto podría deberse a la llegada de alguna borrasca o frente frío.
Mientras que el 24 de Junio celebramos San Juan: que nos indica que para la festividad de San Juan, el tiempo ya debería ser más propio del verano, con temperaturas cálidas y cielos despejados. Esto concuerda con la llegada del solsticio de verano y el aumento de las horas de sol.
En resumen, el refrán refleja la transición del tiempo en el mes de junio, desde posibles días frescos y nublados alrededor de San Antonio, hasta el tiempo más cálido y soleado que se espera para San Juan.
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