Los bancos de semillas autóctonas desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad agrícola y la seguridad alimentaria.
Su importancia radica en diferentes aspectos clave que os detallamos a continuación:
- Preservación de la diversidad genética: Las variedades autóctonas han evolucionado a lo largo de generaciones, adaptándose a las condiciones locales de suelo, clima y plagas. Esto las hace únicas y valiosas.
Los bancos de semillas conservan esta diversidad genética, protegiendo variedades que podrían perderse debido a la agricultura industrializada, que tiende a favorecer unas pocas variedades de alto rendimiento.
La diversidad genética es esencial para la resiliencia de los cultivos frente a los desafíos del cambio climático, como sequías, inundaciones y nuevas plagas.
- Adaptación local y resiliencia: Las semillas autóctonas están adaptadas a las condiciones específicas de cada región, lo que las hace más resistentes a las enfermedades y plagas locales, y más eficientes en el uso de los recursos naturales.
Esto reduce la dependencia de pesticidas y fertilizantes químicos, promoviendo una agricultura más sostenible. En un contexto de cambio climático, la adaptación local es crucial para garantizar la producción de alimentos.
- Seguridad alimentaria y soberanía: Los bancos de semillas contribuyen a la seguridad alimentaria al garantizar la disponibilidad de semillas para las generaciones futuras.
También fortalecen la soberanía alimentaria, permitiendo a las comunidades locales controlar sus propios recursos genéticos y su producción de alimentos.
- Valor cultural y tradicional: Las variedades autóctonas suelen estar asociadas a prácticas agrícolas tradicionales y conocimientos ancestrales.
Los bancos de semillas ayudan a preservar este patrimonio cultural, transmitiendo conocimientos y prácticas a las nuevas generaciones. Las semillas son mucho más que un recurso genético, son parte de la cultura de los pueblos.
- Investigación y mejora de cultivos: Los bancos de semillas proporcionan un valioso recurso para la investigación y la mejora de cultivos.
Los científicos pueden utilizar la diversidad genética conservada en los bancos para desarrollar nuevas variedades más resistentes y adaptadas a los desafíos del futuro.
En resumen, los bancos de semillas autóctonas son esenciales para proteger la biodiversidad agrícola, garantizar la seguridad alimentaria y preservar el patrimonio cultural.
Y aquí intervienen los conocidos… «GUARDIANES DE SEMILLAS», que son individuos, grupos o comunidades que se dedican a la conservación, multiplicación y distribución de semillas autóctonas o tradicionales. Su labor es fundamental para preservar la agrobiodiversidad y garantizar la seguridad alimentaria.
¿Qué hacen los guardianes de semillas?
- Conservación:
- Recogen y almacenan semillas de variedades locales, muchas de las cuales están en peligro de extinción.
- Mantienen la pureza genética de las semillas, evitando la contaminación con otras variedades.
- Multiplicación:
- Cultivan las semillas para obtener nuevas generaciones, asegurando su disponibilidad.
- Comparten semillas con otros agricultores y jardineros, fomentando su difusión.
- Difusión y educación:
- Organizan intercambios de semillas, ferias y talleres para compartir conocimientos y experiencias.
- Sensibilizan sobre la importancia de la agrobiodiversidad y la conservación de semillas.
- Promueven la soberanía alimentaria y la agricultura sostenible.
Ejemplos de iniciativas:
- Existen redes de guardianes de semillas en todo el mundo, que trabajan para conservar y difundir variedades locales.
- Muchos agricultores y jardineros particulares también actúan como guardianes de semillas, conservando variedades en sus propios huertos y jardines.
- Destacar especialmente el proyecto impulsado por Ecologistas en Acción de Valladolid con la Biblioteca de Semillas Autóctonas de Valladolid.
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